Archive for julio, 2017


Me siento frente al ordenador y, es cuando me doy perfectamente cuenta de que la expedición al Chogolisa todavía no ha terminado. Hay demasiadas cosas en mi cabeza sin encontrar su definitiva ubicación como para que pueda afirmar que eso ha sucedido. Probablemente nunca lo haga ya que, todas y cada una de las expediciones en las que he tenido algo que ver, han sido (y lo son) experiencias vitales en su más amplio y genuino sentido de la palabra.

El Chogolisa no nos dio ninguna oportunidad, esa es la verdad. Nos abrimos paso a lo largo y ancho del Glaciar Vigne, donde las distancias adquieren una dimensión especial. Elevamos nuestros cuerpos por las vertiginosas pendientes de nieve del Espolón Oeste, siendo a cada paso conscientes de que por allí apenas ha pasado ser humano alguno, lo cual hizo que cada paso dado, cada metro ganado, cada furioso latido dado por nuestros corazones, fueran algo único que (estoy seguro) perdurará para siempre en nuestro recuerdo.

Lo cierto es que el Karakorum nunca se ha caracterizado por poseer una climatología previsible, y hacer coincidir el día de cumbre con uno en el que imperen buenas condiciones climáticas, entra casi en el terreno de lo paranormal.

Los dos intentos que hemos realizado a cumbre han resultado ser de lo más infructuoso:

El primero lo dábamos por descontado; era relativamente pronto y lo metimos todo dentro del saco de la escasa aclimatación, lo cual si que entraba dentro de lo previsible..

Tras unos días de recuperación en el C. B. estábamos seguros de que, tanto la climatología como el estado de la nieve, no se portarían de igual manera…que nos darían la de arena, vamos.

El problema fue que, en ningún momento de la expedición vivimos más de 2 días seguidos de buen tiempo así que, para estar en condiciones de optar a una tentativa seria de cumbre, había que estar a los pies de la gran pared trapezoidal del Chogolisa en un solo día. Dicho así no suena tan desorbitado pero, los 1500m de desnivel a salvar, unidos a la inmensa distancia a cubrir, hacía de la nuestra, una tarea descomunal.

Y hacia allí nos fuimos, abriéndonos camino en medio de la noche, cada cual con sus pensamientos…cada cual con sus sueños:

Todavía es de noche cuando llegamos al C. I. Un trago de líquido, que todavía está caliente, y seguimos por la gran llanura de nieve hacia el espinazo dorsal que dibuja el Espolón Oeste de la montaña. Por el resalte de roca, previo a las fuertes pendientes de nieve, corre una cascada de agua que no hace presagiar buenos augurios. Tenemos casi todo el espolón asegurado con cuerdas, lo cual nos da un punto de tranquilidad más que notable. 100, 200, 500, 700, 1000…1500m de desnivel después de comenzar la jornada, llegamos a nuestras dos solitarias tiendas, envueltos en la niebla y con el viento en calma.

A las 10 de la noche salgo fuera de la tienda. Me cuesta trabajo creer que con el desgaste del día tenga ganas de orinar. Miro hacia el cielo y éste me obsequia con un inmenso lienzo de terciopelo negro incrustado de brillantes estrellas. La silueta del Chogolisa se perfila perfectamente en un cielo limpio de nubes y los Gasherbrum, perfectamente alineados, me traen recuerdos de noches parecidas en las que la cima fue complaciente con mis propios deseos.

Hoy es día de cima– me digo para mis adentros, incapaz de volver a conciliar el sueño.

 A las 12.30h nos ponemos en marcha. El frío es intenso, las nieblas han regresado y la nieve sigue estando (como a lo largo de toda la expedición) asquerosa.

Llevo la nariz pidiendo auxilio por el frío desde hace un par  de horas y los dedos de los pies los llevo petrificados.

Alcanzamos la muralla del Chogolisa cubiertos de hielo. La niebla se ha ido quedando adherida a nuestra ropa tapizándonos con su peculiar brillante traje blanco.

No vamos a pisar la cima de ésta montaña, eso lo sabemos perfectamente. El misterio de la Muñeca del Chogolisa sequiará sin desvelar, quién sabe por cuánto tiempo. Es lo bueno que tienen los misterios de las montañas, que chocan frontalmente contra nuestra vanidad y que, si son genuinos (y éste lo es) casi es mejor que sigan siéndolo…para siempre.

Picos Khumull Gri

Picos Kumull Gri

Pep superando el Gendarme

Pep superando el Gendarme

La luna ilumina el Karakorum

Las noches siguen siendo mágicas en el Karakorum

Gasherbrum IV

Gasherbrum IV

Frente al C.II emergen de izda. a dcha. el G IV, G III, G II y G I

Frente al C.II emergen de izda. a dcha. el G IV, G III, G II y G I

Estrellas en el cielo - Estrellas en el suelo

Estrellas en el cielo – Estrellas en el suelo

El Masherbrum solo se dejó ver un día

El Masherbrum solo se dejó ver un día

El Gendarme que corona el Epolón Oeste

El Gendarme que corona el Epolón Oeste

El G IV siempre permaneció oculto tras las nubes

El G IV siempre permaneció oculto tras las nubes

El frío se palpa en el C. II

El frío se palpa en el C. II

Baño de Oro sobre el Chogolisa

Baño de Oro sobre el Chogolisa

Amanece sobre el Khumull Gri

Amanece sobre el Khumull Gri

ADIOS ALBERTO.

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Querido amigo Alberto…. mi corazón está triste.

Te quedaste en el Nanga mientras yo escalaba el Chogolisa.

Las lágrimas se congelaban en mi cara mientras te recordaba ascendiendo por el Espolón Oeste de mi montaña. Estabas al lado mismo, noté como tu inmensa luz se diluía poco a poco…y me dieron ganas de gritar.

 

 

ESPERANDO CRÓNICA…

Buenas seguidores de este blog… esperamos crónica de Patxi en breve. Sabemos que no han hecho cumbre y están todos muy bien…

Saludos.

CAMINO DEL CAMPO II

Allá van. Esta madrugada, más o menos a la una de allí, han salido camino del Campo II. La intención es coronar el domingo. Tras valorar todas las circunstancias, así lo han decidido.

Animados y contentos estaban cuando hemos hablado esta mañana. Con ganas y fuerza.

Ojalá les acompañen todos los hados..¡¡ y todos los vientos¡¡

Os acompañamos todos con el alma en vilo. Mucha suerte.

VICISITUDES…

Buenas tardes.

Patxi ha llamado. Se ha averiado el ordenador con el que nos enviaba sus crónicas y foticos. Mala pata¡¡¡¡

Así que ahora nos mantendrá informados a través del teléfono satélite. Pero lo más importante es poder transmitirles lo que más les preocupa, esa meteorología.. .favorable …que tanto necesitan.

Hoy le hemos «dictado» una previsión meteorológica un tanto adversa a corto plazo para intentar hacer cumbre. Esperarán algún cambio.

Desde aquí les enviamos todos vuestros ánimos y grandes deseos de que todo vaya bien.

Muchos saludos de todo el equipo a amigos y familiares.

LA MARIPOSA DEL CHOGOLISA.

Patxi en las fuertes pendientes del Espoolón-

Patxi en las fuertes pendientes del Espolón.

      El día 10 nos armamos de valor y, con una mochila que desencaja nuestras clavículas, nos lanzamos hacia el Espolón Oeste…1500m de desnivel nos esperan y ponen a prueba nuestra aclimatación y concentración.

Tampoco es necesario encordar toda la montaña-

Tampoco es necesario encordar toda la montaña…

 

   Salimos a la una de la madrugada del C.B. y las horas de escalada nocturna van cayendo una tras otra, con la cabeza gacha y el ánimo introvertido…como es habitual hasta que sol nos ilumina. El Sol nos ilumina tras horas en la penumbra-

     El sol nos trae calor y ánimo, y la verticalidad del Espolón hace que nos olvidemos del peso de nuestras mochilas.

 

 

 

 

 

El lugar es sencillamente sobrecogedor, la única razón por la que no sale en las revistas especializadas en montañismo y escalada es sencillamente porque por aquí ¡no ha pasado ni Dios!

 

 

 

La salida del Espolón la corona un gendarme de roca que, al atacarlo por la derecha, asoma nuestros cuerpos sobre un sobrecogedor vacío de más de 1000m de desnivel.
Como es habitual, Pep abre este último largo, encaramándose en una fina de arista de nieve sobre la que cabalga con la soltura de un funanbulista.

 

La nieve que rompe bajo nuestras pisadas, se precipita hacia ambos lados con una velocidad preocupante, acentuando más si cabe la sensación de vértigo. Me encaramo en el filo de arista para unirme a Pep cuando, algo desvía mi atención del compromiso de la vía:
                                      -¡Mira Pep! Una mariposa.
No, no es una alucinación debido al esfuerzo y la altitud. Una mariposa blanca con pintas azules en sus alas nos sobrevuela al coronar el Espolón, como premio a un día de alpinismo como ya solo es posible saborear en montañas solitarias como ésta.

Un extenso plateau de nieve aparece ante nosotros y lo recorremos con la cabeza gacha, sucumbiendo al cansancio de un día demoledor cuando, algo hace que la levantemos, alucinando con el paisaje que florece a cada paso que damos: las cimas de los Gasherbrum van creciendo poco a poco como si una fuerza telúrica las estuviera elevando a cada paso que damos, como otro premio más al esfuerzo que hemos empleado en llegar hasta aquí.
De derecha a Izquierda, el Gasherbrum I, el II, el III y el IV están plantados ahí, delante nuestra, como una descomunal estampa que apenas ha saboreado ser humano alguno. Estoy poco menos que estado de shock. El dolor por el esfuerzo ha desaparecido de manera instantánea. Solo recuerdo esta sensación en los días de cumbre, cuando todas las líneas de la montañas se juntan en un solo punto y los pasos hacia arriba han terminado.

Montamos las dos tiendas en la ondulada planicie de nieve, a los pies del Trapecio del Chogolisa. A la 12:30h de la madrugada nos lanzamos hacia la cima en una noche tremendamente fría pero, nuestro ánimo se debilita a cada paso que damos. La nieve no puede estar en peores condiciones: una costra de 10 cm de nieve dura no soporta nuestro peso y rompe a cada paso que damos, hundiéndonos repentinamente cuando intentamos elevarnos sobre ellos.

En unas dos horas recorremos el plateau hasta la base del inmenso trapecio de hielo que forma la pared Norte del Chogolisa pero, somos conscientes de que éste, “no es día de cumbre”. Tras debatirlo durante uno o dos extensos segundos, todos estamos de acuerdo en regresar al refugio de las tiendas. Me meto dentro de mi tienda y enciendo el hornillo pero, no para deshacer hielo, sino para calentar mis ateridos pies que los llevo bajo mínimos. Tras conseguir reponer la circulación, nos lanzamos espolón abajo hasta nuestro acogedor Campo Base, un lugar precario cuando llegas de subida pero, un auténtico oasis cuando regresas de los campos de altura.

Consideramos abierta y equipada la ruta, nuestros cuerpos aclimatados y el ánimo restablecido así que…la próxima vez que nos calcemos las botas, las llevaremos hacia la cumbre…¡¡INSHALLAH!!

 

 

Pep, Patxi, Carlas y Barraca...un montañón para cuatro-

Pep, Patxi, Carles y Barraca…un montañón para cuatro.

LLAMADA IMPORTANTE¡¡

       Una llamada  para dejarnos en suspense las próximas 24 horas….

     Hoy día 10 de julio, a las 1 de la madrugada hora local en aquel mundo que se nos antoja tan lejano… han comenzado la subida al C II. Todavía están en ello. La intención es pasar ya la noche arriba y, con esa ventana de buen tiempo que parece que van a tener, mañana día 11 intentar cumbre..

     Todos están muy bien y muy animados.

Fuerza y suerte campeones¡¡¡

Una montaña solitaria

UNA MONTAÑA SOLITARIA

 

    Así pues, el clima es el típico del Karakorum: inestable e impredecible. Hemos pasado un episodio de nevadas que parecían no tener fin. Horas y horas soportando el característico sonido de los copos de nieve helada impactando sobre el toldo de la tienda de campaña. La temperatura tampoco nos ha acompañado lo más mínimo y esto, unido a la gran cantidad de nieve depositada en la montaña, está haciendo que abrirse paso por una ruta tan empinada como la del Espolón Oeste del Chogolisa, sea una auténtica tarea de desgaste y demolición para los cinco que aquí nos encontramos. A pesar de todos estos inconvenientes, hemos abierto y asegurado la práctica totalidad del precioso y exigente Espolón Oeste del Chogolisa.

Apenas nos hemos encontrado terreno mixto debido a la gran cantidad de nieve que cubre toda la vía. Este hecho nos ha obligado a abrir una profunda huella en las interminables rampas de nieve que, con demasiada frecuencia, llegan a los 60º de inclinación.

Aquí, como ya sabíamos, no hay nadie excepto nosotros. No hay sherpas ni porteadores baltís en los que delegar la tarea (antes normal e ineludible) de abrir la ruta, de equipar los tramos comprometidos, de marcar la pauta de ascensión…de ser Alpinista.
A veces, cuando miro la enorme extensión del circo glaciar del Vigne, con su infinita planicie blanca, estrellarse contra los verticales muros de hielo y roca que la protegen, tengo la increíble sensación de ser un pionero, de descubrir estas montañas por primera vez. Aquí todo es soledad y silencio, en su máxima expresión. Solo cuatro seres comparten conmigo ésta sensación que estremece el alma, que hace sentirte tan especial porque, aunque solo sea por un breve espacio de tiempo, miras cara a cara a la naturaleza en su estado más puro y primario, y sientes que te vuelves como ella.
Ahora descansaremos uno o dos días, lo que ésta caprichosa climatología nos permita, e iniciaremos la ascensión definitiva al precioso Chogolisa.

Espero que estemos preparados para llevar a cabo una ascensión como las de antes, cuando el montañero, por su propia razón de serlo, se adaptaba a las montañas sin más pretensiones que las de sentir esa comunión, única y desigual, entre el hombre y la montaña.

 

La dureza de la ruta

LA DUREZA DE LA RUTA

Tras la mochila de Patxi el Khumull Gri

Tras la mochila de Patxi el Khumull Gri

Patxi en una reunión del Espolón Oeste

Patxi, en el Espolón Oeste.

 

¡¡Joder!!…¡cómo olvidarme de un día como el de hoy!

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Tras unos cuantos días de continuas e ininterrumpidas nevadas, por fin, hoy 6 de Julio, la nieve no ha hecho acto de presencia en el Campo Base de Ali Camp.
La mañana ha sido radiante y la hemos aprovechado para desentumecer nuestros cuerpos, que ya se quejan de tanto día de inactividad, subiendo por las fuertes y pedregosas paredes de roca que franquean éste Campo Base.
Tras la siesta de rigor, ha llegado la hora de la cena, que, aquí, ronda las siete de la tarde.
Al terminar la cena, Karim, nuestro tímido y eficiente cocinero, aparece con una tarta de bizcocho bañada en chocolate con dos velas encendidas. Le acompaña Hamar, el ayudante de cocina y el grupo de porteadores que mantienen abierto el paso del Gondogoro durante toda la temporada de trekkins, y se unen al cántico de “cumpleaños feliz” de mis colegas: Barraca, Pep, Carlas, e Iñaki. Sí, hoy cumplo 53 años.
Tras cortar y repartir la suculenta tarta, los porters me obsequian con unos cánticos y danzas típicos entre esta admirable gente.

 

No puedo por más que sentir admiración y respeto, tanto por los Baltís como por mis amigos que me han obsequiado con esta velada, sencilla e inolvidable.
Son momentos como estos los que aquí, en lugares remotos y solitarios, donde la vida se abre paso a fuerza de tesón y sacrificio, los que quedan grabados en el corazón para siempre.
A las 4 de la mañana nos vamos a poner en marcha para continuar con la apertura de vía camino de nuestro gran objetivo. Las previsiones climatológicas son favorables para los próximos días así que, no nos ponemos límites…subiremos hasta donde nos lo permita ésta preciosa montaña, pero yo parto con ventaja…ya he recibido un gran premio de amistad que me acompañará para siempre.
¡¡¡GRACIAS AMIGOS!!!

 

Cumpleaños III

 

Cascada dse hielo del Glaciar Vigne

Cascada de hielo del Glaciar Vigne.

Dos ríos cruzan el Glaciar Vigne en las inmediaciones de nuestro Campo Base. Tenemos que madrugar de lo lindo para no hacer buceo en vez de alpinismo al intentar cruzarlos.

Hay mucha nieve este año y ésta no termina de asentarse, así que “abrir huella” está siendo una tarea ineludible en esta expedición.

Desde el Miércoles no deja de nevar: el Jueves 20cm, el Viernes 30 más, pero esto no mina nuestras ganas (también necesidad) de montar el C. I, así que el domingo nos armamos de valor y, bajo una fina pero constante nevada, nos colocamos delante del Espolón Oeste de nuestra montaña.

Tras montar las tiendas y descansar unos minutos, nos cargamos con la mayor cantidad de material posible y nos lanzamos contra la pared norte que protege el Espolón Oeste del Chogolisa.

La nieve está en pésimas condiciones y esto dificulta enormemente nuestro avance. Nos colocamos en la base de la empinada pared y comenzamos a equipar la ruta.

Está claro que el Chogolisa es una montaña de una envergadura intimidatoria; que nadie se lleve a engaño por ver un 7 al principio de la cifra de su altitud.

Pep se ata la cuerda al arnés y comienza la tortuosa tarea de abrirse camino en una pared que poco a poco va adquiriendo más inclinación:

    ….50º…. 55º…. 60º de inclinación sobre una nieve inconsistente que nos llega hasta la rodilla en todo momento.

Pep va de primero en todos los largos, dejando constancia de que hay grandes alpinistas fuera del circo mediático de las “estrellas alpinas”.

Dejamos colocados 400 m de cuerda hasta 5900 m aproximadamente, justo antes de la salida del Espolón. Muy cansados pero satisfechos del trabajo  realizado, regresamos a las tiendas del C.I para pasar la primera noche en altura, con el permiso de  los 5000 m de altitud a los que se encuentra Campo Base.

A las 4:30 h iniciamos el regreso a la comodidad del C.B. donde nos espera una fresca coca cola, jamón y queso del bueno y…una cata nos indicará si la cerveza que hemos fabricado está en un punto óptimo como para que nos lancemos a por ella.

Todo el grupo en el ampo I

Todo el grupo en el Campo I