Tras enfrentarnos a esta montaña sin tregua, para mí la más dura del mundo, desde ayer descansamos en el Campo Base. Es una alegría y una satisfacción enorme el haber vivido lo vivido, el haber sentido tantas emociones allá arriba, en lo alto del Kangchen. Me encuentro muy bien, cansado, pero muy contento.
La bajada fue muy dura. Alberto y Miguel salieron a buscar a Edurne Pasaban desde el Campo IV para tratar de ayudarla. Descendía con verdadera dificultad, pero afortunadamente ella y todo su equipo lograron alcanzar ayer el Campo Base y esta misma mañana, Alex Txicón y Pasaban han sido evacuados en helicóptero para ser inmediatamente llevados a Katmandú y agilizar su traslado a España.
Julen y Oscar están tratando de alcanzar hoy la cumbre, aunque todavía es pronto para tener noticias de si lo han logrado o no. Mientras tanto, el resto del equipo descansamos, del cansancio físico y de tanta intensidad emocional. La aventura, el regalo de estar entre las paredes de esta colosal montaña está llegando a su fin, aunque aún queda el descenso a Katmandú. Me gustaría realizarlo a pie, así que descansaremos lo suficiente para afrontar la marcha de cinco o seis días que nos separa de la ciudad.
Es difícil explicar qué supone estar a esas alturas, cuando avanzas hacia la cumbre. Cada paso es un dolor. Pero todo el apoyo que he sentido, que he recibido a través de vuestros mensajes, me han dado fuerza. Una vez más, muchísimas gracias.
(Información redactada a partir de una llamada de Patxi Goñi a la Oficina de Pamplona 2016, esta mañana a las 8.50h, hora española, 12.50h en Nepal)