En el interior de la tienda del Campo III, a resguardo del fuerte viento, nos sentimos satisfechos con la ascensión de los últimos dos días desde el Campo Base. A 7.200 metros es difícil desprenderse del frío, como difícil es recuperarse del cansancio tras esos 1.200 metros de desnivel que recorrimos entre ayer y hoy. Pero estamos bien de salud y de ánimo y cuando mañana alcancemos un pico de altura de 7.500, daremos por finalizado nuestro periodo de aclimatación.
El resto de nuestros compañeros de grupo continúa a nuestras espaldas con un par de días de diferencia, también en buenas condiciones; mientras que aquí mismo, en el Campo III, nos hemos encontrado seis tiendas de campaña de otras expediciones, entre ellas, la de Al Filo de lo Imposible. Además, hay una alpinista coreana que pretende atacar la cumbre mañana mismo.
Sentimos la cima y sus cinco tesoros cada vez más cerca, pero aún nos es el momento del ataque final. El viernes volveremos al Campo Base para coger fuerzas y dormir en buenas condiciones al menos durante dos noches, porque a estas alturas se hace muy difícil descansar. Cuando nos veamos preparados y el tiempo lo permita, subiremos hasta el Campo IV, que instalaremos en torno a los 8.000 metros. Gracias a todos una vez más por seguir ahí.
(Entrada redactada a partir de una llamada telefónica de Patxi Goñi a la Oficina de Pamplona 2016, a las 12.30h de ayer, 6 de mayo)